Nos alejamos a 1344 años Luz. Una distancia inimaginable. En este caso, pongamos nuestros ojos en la Constelación de Orión, El Cazador de leones y nos detendremos en la espada colgada del cinto: M42 Nebulosa de Orión y NGC 1977-1973-1975, Nebulosa del Hombre Corriendo y Monedero de Sirena.
Por José M. Espinosa
Cuando partieron de allí los fotones, aquí, el obispo Marciano colocaba su identitario crismón (o sello cristográfico) en el ladrillo que enterrara con nueve monedas en la probable Basílica que existiera en el Patio de Banderas. Corría la segunda mitad del siglo VII. O probablemente, la fecha de nacimiento de algunos de los 7000 soldados que desembarcaron en la península con Tariq en el 711. O la de los escribanos ultimando el cuerpo de leyes de Recesvinto “el Liber Iudiciorum”.
Nebulosa del Hombre Corriendo y M42, Nebulosa de Orión. Es una nebulosa difusa de reflexión. Está formada por una inmensa nube de gas y polvo llamada Nube de Orión. A todo lo largo de la nube, se están creando nuevas estrellas, emitiendo grandes cantidades de energía térmica, por lo que predomina el infrarrojo. Tiene unos 24 a.l. de diámetro. Es una de las más espectaculares de cielo del invierno, especialmente conocida en los dos hemisferios.
Algo de Mitología. Un mes de mayo en la región de Beocia, nació el gigante y magnífico cazador de leones, Orión; hijo de Poseidón y Euriades. El castigo por un amor imposible le llevó a la ceguera y tras recuperar la vista, en una cacería, murió por una flecha de Ártemis o por la picadura de un escorpión gigante (de ahí que no comparta espacio con la constelación del escorpión: en el cielo nocturno, no coinciden). No se sabe si por la propia Ártemis o por la intercesión de Zeus, lo hicieron ascender a los cielos y dieron un lugar hegemónico en la bóveda estelar. Y gracias a ello, desde mediados de otoño a mediados de la primavera, podemos disfrutar de su silueta en las noches despejadas. En el centro de lo que sería su espada, se encuentra la Gran Nebulosa de Orión.
Girando la fotografía de portada 90 grados a la derecha quedará arriba el hombre corriendo. Las siguientes son de amplio campo para poder ver toda la constelación.