La Luna siempre nos muestra la misma cara porque su periodo de rotación sobre su eje Norte-Sur coincide con el periodo sinódico (periodo entre dos Lunas nuevas). Sin embargo, los bordes de la luna (el limbo) no son siempre iguales.

A veces se pueden apreciar unas formaciones del limbo que en otras lunaciones —el tiempo comprendido entre dos conjunciones consecutivas de la Luna con el Sol, con una duración media es de 29 días, 12 horas, 44 minutos y 2,9 segundos— permanecen ocultas en la cara no visible. Estos cambios en la visibilidad de las formaciones del limbo se llaman libraciones y se deben a distintos puntos de vista de la Luna respecto de la Tierra.

La Libración en longitud (Este-Oeste) se debe a que la órbita de la Luna no es circular, sino elíptica. Aunque los periodos de rotación y sinódico coinciden, mientras que la velocidad angular de rotación es constante, la de translación no. Cuando la Luna está más cerca va más rápida y cuando está más lejos va más lenta. De modo que el desplazamiento angular de rotación y sinódico no coinciden.

       

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La mitad del periodo sinódico la Luna tiene una velocidad de rotación mayor que la sinódica y la otra mitad menor. Esto provoca que nuestra visión desde la Tierra, a veces favorezca el margen Este y otras el margen Oeste. Cuando la Luna está lejos y va lenta la rotación se adelanta y vemos un poco más del limbo occidental. Cuando la Luna está cerca va más rápida, la rotación se retrasa y vemos un poco más de limbo oriental.

Pero la Luna también tiene una libración en latitud (Norte-Sur), debido a que el eje de rotación está un poco inclinado respecto de la perpendicular a su plano orbital. Cuando el polo norte está inclinado hacia nosotros vemos más del polo norte y cuando el polo sur está inclinado hacia nosotros vemos más del polo sur.

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En definitiva, hay un 9% de la cara oculta que podemos ver gracias a las libraciones.

Imagen de cabecera:  Jean-Michel Tenac (Youtube)

Texto e imágenes: Manuel Jiménez Cepero