Hace muchos años, cuando era joven, leí en un libro llamado ‘El efecto de los iones’. Contaba que había más asesinatos y suicidios en Luna llena. 

Esto era debido a que, al encontrarse más cerca y estar cargada negativamente, hacía que en el aire aumentaran los iones positivos que provocan irritabilidad en el ánimo de las personas. No si es así. Lo que sí sé es que no siempre coincide la Luna llena con su máximo acercamiento a la Tierra.

Debido al movimiento de la Tierra alrededor del Sol, el mes sinódico (tiempo entre dos lunas Llenas) es más largo que el mes sidéreo (tiempo entre dos perigeos). Hay un desfase de algo más de dos días. ¿Por qué? Durante el periodo sidéreo nuestro planeta en su desplazamiento hace que desde nuestro punto de vista retrase el periodo sinódico. Por ese motivo, no hay una superluna cada vez que hay Luna llena.

Hablemos de la superluna

En realidad, el término de Superluna no es de carácter científico. Lo inventó el astrólogo —que no astrónomo— Richard Nolle en 1979. Para él una era un tipo de Luna llena cuya distancia a la Tierra era como máximo un 10% mayor a la distancia al perigeo medio y originaba grandes catástrofes.

Observemos la siguiente gráfica, elaborada a partir de los datos de la página web Calendario 365. Muestra las distancias de la Luna a la Tierra en 34 ciclos lunares y la línea divisoria de las superlunas. Pero, aunque la prensa insista en ello, las estás últimas no son fenómenos astronómicos destacables.

luna llena

La diferencia de tamaño entre una Superluna y otra Luna luna no lo es: apenas alcanza un 10 %, lo que lo hace prácticamente inapreciable a simple vista.

Otra aclaración que quiero hacer es que, aunque el periodo sinódico es perfectamente regular y dura algo más de 29 días y medio, los tiempos de fase creciente y fase menguante de cada periodo no son iguales. Debido a las libraciones lunares, la fase creciente varía según el periodo entre 14 días y algo más de 15 días y medio. Y lo mismo le ocurre a la fase menguante.

En esta otra gráfica se muestran los cambios en los tiempos de fase creciente y fase menguante de 16 ciclos lunares:

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Texto e imagen de portada: Manuel Jiménez Cepero